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¿Ha Fracasado la Educación en México?

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¿Qué onda raza adorada?, ¿cómo andan? Espero que bien ñ_ñ. Yo por mi parte estoy apurado haciendo unos ensayitos (de 15 hojas cada uno XD) para entregar y ver si me pasan en la uni ~_~

Pero bueno, quiero compartir con ustedes lo que he escrito de un ensayo que habla sobre la educación en México y el fracaso rotundo (según yo…y el maese Rius) que ha tenido la enseñanza en escuelas, universidades y  demás centros educativos en el país. Pero también se mencionan algunas estrategias a seguir (según yo y el maese Rius también) para tratar de contrarestar este fracaso educativo.

Comencemos pues con la súperlectura educativa, a ver si les gusta lo que escribí…y sino, ni modo. Je

Les dejo un libro en el cual me inspiré para esto que escribí, se llama El Fracaso de la Educación en México y es del maese Rius but of cors.

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¿Ha fracasado la educación en México?

Esta es una pregunta que muchos maestros se deberían hacer una vez que empiezan a ejercer su profesión. La pregunta en cuestión se lleva a cabo en algunas lecturas que los alumnos en preparación para ser profesores, leen, si no muy seguido, sì al menos en algún semestre de la carrera.

Es una pregunta que se debe analizar bien, ya sea de forma teórica leyendo a diferentes pedagogos y su opinión al respecto sobre el tema, como también leyendo a personas un tanto ajenas a la educación oficial que se dan un tiempo para analizar si la forma en cómo se educa a los niños y jóvenes en las escuelas tanto públicas como privadas es en verdad una educación o una simple memorización de conceptos.

Si bien, los grandes pedagogos que son estudiados en la licenciatura han fomentado diferentes tipos de enseñanza, como por ejemplo Skinner y el conductismo, Montesori y su método humanista, Piaget y Vigotsky y el constructivismo; estas a su vez suelen ser olvidadas o simplemente, no llevadas bien a cabo una vez que los maestros en formación comienzan a ejercer de manera profesional. Ya que, la mayoría de estas teorías educativas deben ser realizadas con grupos que no superen los veinticinco alumnos por clase, pero que en nuestro país y el sistema educativo que maneja la SEP, el número de alumnos en los niveles básicos en escuelas públicas supera este cifra incluso a veces al doble.

Pero, como podemos darnos cuenta, la culpa no es del maestro al cien por ciento, sino más bien del sistema educativo que fomenta este tipo de estructura educativa en la que se crean salones con números de hasta cincuenta alumnos hacinados en un solo lugar, creando un ambiente no apto para desarrollar estrategias de aprendizaje personalizadas o significativas para los alumnos y fomentando a su vez, que los alumnos se distraigan con facilidad y generen sentimientos de indiferencia tanto para la materia que están recibiendo como para el maestro que no les hace caso o toma en cuenta como debería ser en la educación.

El siguiente es un pequeño extracto muy significativo al respecto de que los alumnos se distraigan y muestren indiferentes en el salón de clases, sacado del libro La era del vació del filósofo y sociólogo Gilles Lipovetsky:

“La indiferencia crece. En ninguna parte el fenómeno es tan visible como en la enseñanza, el prestigio y la autoridad del cuerpo docente prácticamente han desaparecido. El discurso del maestro ha sido desacralizado, banalizado situado en el mismo plano que el de los mass media. La enseñanza se ha convertido en apatía escolar, mezcla de atención dispersada y escepticismo. Es ese abandono del saber lo que resulta significativo, mucho más que el aburrimiento de los escolares.

De manera que hay que innovar a cualquier precio: siempre mas liberalismo, participación, investigación pedagógica y ahí está el escándalo, puesto que cuanto mas la escuela se dispone a escuchar a los alumnos, mas estos se deshabitan sin ruido ni jaleo a ese lugar vacío como desierto.”1

Ahora, analicemos un poco sobre qué significa la palabra educar mediante su etimología:

La palabra educar proviene de dos raíces latinas: e o ex, que significa ir hacia fuera, salir; y duc,, de donde derivan pro-ducir, con-ducir, pro-ducto, via-ducto, acue-ducto…Su significado original es “hacer salir”. Aplicada a la escuela y a los maestros, se refiere a la labor de hacer aflorar las potencialidades de los educandos, pero si alguna palabra se ha deteriorado en su significado es esta.2

“Hacer salir las habilidades de los educandos”. Una de las cosas que menos propone la enseñanza en las escuelas publicas y en algunas escuelas privadas, es precisamente ésta; la de hacer que aflore en los alumnos el gusto por la escuela, por aprender y adquirir conocimientos de forma autónoma y no sólo por ser un requisito que hay que cumplir en horas de escuela, ya que esto sólo condiciona al educando a pensar en que la educación es solamente un requisito que debe cumplir durante cerca de veinte o mas años para obtener un reconocimiento en papel que le haga ver a la sociedad que es un ser humano que está “preparado” para ser un “profesional” en el área que haya elegido estudiar como carrera y que haga también a su vez, creer a los alumnos que el trabajo es también un requisito que hay que cumplir para que la familia y la sociedad no los vea como unos desobligados parias sociales.

Analicemos el significado etimológico de la palabra escuela:

Escuela: palabra griega que significa ocio. Su uso metafórico nació de una época en que trabajo significaba actividades de tipo manual, pesadas e ingratas: hacer adobes, construir paredes, sembrar, regar, cosechar, convertir árboles en troncos y luego en tablas, vigas y muebles. Cuando unos pocos privilegiados se pudieron dar el lujo de “no trabajar” y dedicarse a discutir sobre temas abstractos y remotos de la existencia del quehacer diario, el pueblo los vio como “los del ocio”, y por tanto a sus actividades se le llamó “la escuela”. Esto fue hace dos mil años en Grecia. La palabra Escuela expresa mejor el clima de creatividad (libertad, ocio creativo) que se requiere para educar.3

“Libertad, ocio creativo” Palabras que difícilmente entran en la concepción que la mayoría de nosotros tenemos sobre lo que es una escuela. La vemos más bien como un lugar en donde deberemos cumplir un determinado número de horas cada día y años simplemente para obtener un título que nos hace quedar bien ante una sociedad a la que no se tiene contenta con nada.

Como se mencionaba con anterioridad, la escuela se ve como un lugar en el que hay que cumplir un horario, tanto de entrada como de salida, y en las escuelas publicas de nivel básico y medio superior, es obligatorio el obedecer estrictos regimenes autoritarios como son: el uso de uniformes, traer el pelo corto, las uñas cortadas, el uniforme limpio al igual que los zapatos, el uso de faldas (a las rodillas) para las niñas y pantalón “azul marino” para los niños y más y mas reglas por demás absurdas y asfixiantes que tratan de fomentar una disciplina militarizada en los educandos, como si fueran pequeños soldados que sólo deben obedecer y acatar todo lo que diga el maestro-general sin cuestionar nada, porque si lo hacen, entonces deben ser reprendidos severamente con castigos como: no dejar que entren a la escuela a recibir clases o expulsarlos si continúan con su “actitud negativa” y “antisocial”. Como vemos, para nada se aprecia la libertad y el ocio creativo en esto, ¿verdad?

Las escuelas privadas tampoco están exentas de cometer estas barbaridades con los alumnos, que algunos conocedores suelen llamar como fascismo (ideología y movimiento político que trataba de instaurar un régimen totalitario y una economía dirigista y que se suele identificar mucho con las figuras de Adolfo Hitler  y Benito Musolini según la wikipedia) ya que algunas de estas instituciones educativas privadas, son, en algunos casos, escuelas manejadas por religiosos con un sistema aun más estricto que las escuelas públicas, pero eso sí, incorporadas a la SEP con todas las de la ley y sin que figuren como escuela religiosas.

¿Qué es lo que fomenta este tipo de sistemas militares-autoritarios de las escuelas tanto públicas como privadas en los alumnos? Pues gente que odia la escuela y la ve como un lugar al que hay que evitar ir a toda costa o tratar de sobrellevar la estadía ahí sin perder la dignidad ante maestros profesionistas autoritarios que en su vida han leído sobre pedagogía y tratan al alumno como recuerdan fueron tratados cuando eran estudiante también.

La libertad y el ocio creativo deberían ser lo fundamental en las instituciones educativas, pero vemos con tristeza que esto no es así. Se fomenta en el alumno el miedo al fracaso sino asiste a la escuela, se le dice y hace creer que no será alguien de provecho cuando sea mayor y tenga que mantener una familia. Se le hace creer que sin un título técnico o universitario no tendrá oportunidad de tener un buen empleo que le ayude a ser una persona con solvencia económica para consumir las porquerías que la televisión le dice debe tener y comprar para que se sienta feliz. Se le obliga a aprender idiomas extranjeros (cuando con dificultad conoce el suyo y lo modifica de modo escrito) con la condición de que entre mejor preparado esté, mas puertas se le abrirán en el futuro. Se le obliga a tener conocimientos en computación y equipos tecnológicos que hagan de él una persona inmersa en la globalización y a estar “a la moda” con los nuevos celulares para “mantenerse comunicado con sus seres queridos” porque sino, la sociedad lo verá como un analfabeta tecnológico incapaz de interactuar con la aldea global en la que se ha convertido nuestro planeta. Se le dice que debe ser “competente” ante un mundo que exige cada vez más y más de su sociedad para que no sea un mediocre más, en el país de los mediocres, mejor conocido como México. Se le obliga a que las carreras que elija para estudiar, sean carreras bien remuneradas a futuro en las que se desarrollará como un “profesional técnico altamente capacitado” ya sea para manejar maquinaria, instrumentos o teorías (pedagógicas, psicológicas, sociológicas, antropológicas, etc.) creadas o pensadas por mentes brillantes extranjeras de países desarrollados a los que “hay que ver como nuestro modelo a seguir para hacernos ricos y poderosos”.

Lo que nunca se le dice al alumno es que en nuestro país no se desarrolla ni se crea la infraestructura necesaria para que nosotros seamos esas mentes brillantes capaces de crear cualquier tipo de aparato tecnológico o teoría que revolucione la mentalidad de pedagogos, psicólogos, filósofos etc., a nivel mundial y que ellos sean los que tengan que aprenderse de memoria nuestras teorías, en lugar de nosotros las de ellos.

La educación, en este sentido progresista y desarrollador, ha fracasado rotundamente en nuestro país porque sólo crea y fomenta personal capacitado para ser los técnicos de los países altamente desarrollados y que nos aventajan enormemente, tanto científica, tecnológica, cultural y mentalmente.

Todo esto con el único fin de crear gente mediocre que crea ciegamente que por tener un título universitario, maestría o doctorado ( y si son hechos en un “país desarrollado” mucho mejor) ya son gente de bien, educada y con mentalidad “ganadora” capaces de llevar a bien alguna empresa, escuela o centro de trabajo con “excelencia y calidad” como los cánones de su “educación” le han marcado siempre que debe de ser en su mentalidad ganadora.

La escuela sólo fomenta en los alumnos la mentalidad de “hacerse millonario sea como sea” y se demuestra claramente en las universidades a las que la mayoría de las personas quisieran asistir (el Tec. de Monterrey, La Salle, IPN, UNAM –estas dos últimas mas por el prestigio que por la ideología por la que fueron creadas en su momento- etc.) y sólo por este “prestigio” que tendrán al ser egresados de dichas universidades y la gran cantidad de dinero que podrán cobrar por sus servicios profesionales que han aprendido en estas universidades es que la mayoría de los jóvenes y los padres de familia, desean entrar en dichas instituciones educativas.

Gente con mentalidad ganadora, dispuesta a lo que sea con tal de tener dinero, incluso a pasar por encima de quien sea con tal de no ser un mediocre mexicano más, prieto, panzón y feo que no acepta las bondades que trae consigo el dinero y el prestigio que se obtiene por ser un consumidor de cosas innecesarias para la vida, pero que “son la envidia de los demás”.

Este es el tipo de “educación” que se fomenta en nuestros centros de estudios actualmente, “educación” que se mama también en el otro gran “educador” de nuestro país: la televisión. Y que es, a ciencia cierta, lo que ha hecho que los alumnos actualmente ya no vean con buenos ojos, las teorías humanistas que también esas mentes brillantes extranjeras han creado para el beneficio de toda la sociedad  y no sólo de unos cuantos privilegiados dueños de todo y de todos que es a lo que los alumnos hoy día aspiran ser en el futuro “dueños de todo pero sin conocimiento de nada”.

Esto es lo que la escuela debería de erradicar en la enseñanza que se les da a los alumnos en lugar de fomentarla día a día, lección tras lección, libro tras libro. Educación que disgrega en lugar de unir, fomenta y pone de manifiesto las clases sociales en lugar de la fraternidad. Discrimina en vez de alentar la solidaridad en los alumnos:

–fulanito sabe más que ustedes, deberían aprender de él mocosos burros.

-merenganito no hizo la tarea y no trae para comer, es un burro muerto de hambre.

Frases como esta suelen oírse mucho en escuelas públicas o privadas, frases que discriminan al niño y entronizan al que las dice. Frases que matan literalmente y que aun hoy en los albores del siglo XXI se siguen tristemente escuchando sin miras de ser erradicadas para una mejor convivencia social.

La educación se nota en la forma en cómo convivimos con la sociedad, es lo que muchas personas mencionan sobre lo que debe enseñar y fomentar la escuela pero que de alguna u otra forma no es así, ya que suele creerse que este tipo de educación es la que los padres y la familia le inculca al niño pero también la escuela la debe fomentar más.

Pero no todo hay que verlo de manera negativa dirían algunos positivistas. La escuela y la educación que se enseña ahí para bien o para mal, ya es algo institucionalizado, arraigado fuertemente en la mentalidad de todos los mexicanos y no hay que verlo con tan malos ojos.

La educación en México no ha fracasado del todo, si fuera así, nuestro país ya se habría venido abajo desde hace muchos años pero, aunque creemos técnicos con títulos de licenciatura, ingeniería, maestría o doctorado son personas que ya han aprendido a adaptarse al sistema en el que vivimos saben cómo obtener de él lo necesario para solventar la dura vida que nos ha tocado vivir en este, nuestro México desigual.

Aunque, cuando lo positivo de algo es el hecho de las mil formas en cómo se puede sacar provecho de diferentes situaciones, entonces debemos ponernos a analizar nuestras formas de ver lo positivo y lo negativo. La corrupción (cosa que ocurre desde los primeros años en la escuela, al copiar en los exámenes) es el mal numero uno que afecta a nuestro país y a toda América Latina según el periodista y escritor argentino Jorge Zicolillo en su libro “Neoliberalismo y Corrupción” en donde nos hace ver cómo “la inmoralidad de los autores” como la llama él de poner en práctica dicho sistema neoliberal han llevado a las peores deudas de la historia a nivel económico en todo el mundo.

Todo esto viene al caso porque si en la educación impartida en las escuelas se fomentara el pensamiento crítico desde temprana edad, los alumnos sabrían identificar las problemáticas que los gobiernos en los que nos tocó vivir nos han obligado a asumir como nuestras en lugar de resolverlas ellos (con su propio dinero y sin meternos en especulaciones financieras).

Pero seguro se preguntarán que cómo es posible que los alumnos puedan pensar en resolver problemas económicos del país si con trabajos pueden con su vida. La respuesta es sencilla y con base en las misma lógica que usan los gobiernos, podemos “especular” con que posiblemente algún día los dirigentes nacionales de la SEP olviden su corrupción inmoral y decidan ya fomentar en los alumnos el pensamiento crítico. Otra vez repito, sólo especulemos.

Una de estas especulaciones que podemos pensar (o reflexionar, como también la palabra ‘especular’ tiene de significado) es en la creación de una escuela libre o escuela activa como mejor se le conoce al tipo de educación en la que se fomenta la creatividad y libertad del alumno haciendo que los niños investiguen y procesen información haciendo así de este modo que se responsabilicen de su proceso de enseñanza-aprendizaje pero guiado por el maestro para no perderse en el proceso.

También como lo menciona la página eactiva.com: La Educación Activa es un proceso que propicia en cada niño el desarrollo de sus capacidades personales al máximo, para integrarse a la sociedad y aportar lo valioso de su individualidad para transformarla.

En este concepto están comprendidos dos aspectos: el de la información o instrucción académica, y el de la formación de hábitos y actitudes con base en una escala de valores.

Otros de los fundamentos en los que se basa la escuela activa y que la misma página nos señala, son los siguientes:

Respeto a la personalidad del niño: se basa en el reconocimiento y la aceptación de las diferencias individuales.

  Educación individualizada:

Procura el desarrollo armónico de todas las capacidades del niño.

  Educación para lo social: por medio de la interacción del grupo al que el educando pertenece se le integra para que participe y contribuya en la modificación social a que aspira.

  Desarrollo de la capacidad creadora: fomentar la creatividad y la libre expresión dará al niño satisfacción y seguridad.

  Libertad y responsabilidad: la libertad se realiza en el interior de la persona y se manifiesta en la posibilidad de elección, toma de iniciativas y decisión entre varias alternativas, asumiendo la responsabilidad de la propia elección. Esa libertad individual no existe fuera de un contexto social, y quien actúa al margen de tal realidad, sin respeto por los demás, no está ejerciendo la libertad, sino el individualismo.

Y veamos también el objetivo que tiene dicha escuela expuesto de igual manera en la página web:

Mediante el desarrollo armónico e integral del educando, lograr una sólida conciencia de convivencia en la escuela, en el hogar, en la comunidad y en la gran comunidad universal.

Como hemos podido observar después de leer sobre la escuela activa, sus fundamentos y objetivos; podemos darnos cuenta de que este es el tipo de educación que se acopla mejor a la palabra educar (que ya vimos su significado anteriormente) y que sería buena idea que se implementara de forma experimental en las escuelas de niveles básicos como son primaria y secundaria como forma alternativa para fomentar en los alumnos verdadera educación.

Veamos ahora un extracto tomado de la página wikipedia con respecto a la escuela nueva o escuela activa:

La Escuela Nueva, también conocida por diferentes autores como Escuela Activa, «Nueva Educación» o incluso «Educación Nueva», es un movimiento pedagógico surgido a finales del siglo XIX. Algunos autores distinguen en este movimiento una subcorriente o corriente ya posterior y de carácter más liberal aún a la que denominan Escuela Moderna. Este movimiento critica la escuela tradicional de entonces (y que luego siguió durante buena parte del siglo XX). Criticaba el papel del profesor, la falta de interactividad, el formalismo, la importancia de la memorización (contraria a la construcción o la significatividad), la competencia entre el alumnado y, sobre todo, el autoritarismo del maestro. Proponía a un alumnado activo que pudiese trabajar dentro del aula sus propios intereses como persona y como niño.

Si bien, este tipo de educación es la que se implementa en los jardines de niño (gracias a Froebel y la idea de los kindergarten, acorde con la misma página de wikipedia) es cierto también que los preescolares van gustosos al ‘jardín’ porque se fomenta en ellos la creatividad y la libertad, cosa absolutamente contraria a lo que se ve en las escuelas primarias, secundarias y niveles superiores, en donde impera la memorización y el tradicionalismo conductista (trabajo igual a calificación).

La escuela debe ser un lugar al que todos debemos ir por gusto y no por obligación, porque, como ya lo he venido diciendo, eso sólo crea alumnos resentidos, enfermos y que al final terminarán corrompiéndose ante el sistema que se les ha impuesto, que, como religión, no se les dio a elegir.

Veamos los postulados que maneja la Escuela Activa ubicada en la ciudad de México. Emilio Carranza 359, San Andrés Tetepilco.

UNA ESCUELA PARA LA VIDA

La ESCUELA ACTIVA es la escuela de la acción. Por eso es activa. La acción es vida. Es pues la vida el insumo por excelencia que sustenta nuestro trabajo educativo. Así lo enunciamos a partir de nuestra certidumbre de que, respecto del aprendizaje informativo, no lo hay más completo que aquél en el que el alumno es sujeto activo, y respecto de lo formativo el propio alumno vive y actúa conforme a valores universales irrenunciables, de cuya operancia y permanencia él mismo es depositario y guardián. Afirmamos pues que la ESCUELA ACTIVA aspira a una educación integradora de todas las facultades humanas, en la que la vida del educando es tanto el instrumento que educa como el objetivo educativo.

Entendemos como aprendizaje integral el que resulta de vivir aquello que se aprende por encima de aquel en el que el maestro predica y el alumno es oyente pasivo. Para este efecto, la escuela debe constituirse en un núcleo social con vida propia, en donde el niño es el actor principal de su proceso educativo. Y enfatizamos: el objetivo final de la ESCUELA ACTIVA es educar, lo cual es mucho más que instruir, informar y hasta domesticar. Y entendemos por educación el acto de amor -no de lucro- que deviene la acción transformadora hacia estadios humanos superiores.

Por ser este proyecto tan ambicioso respecto de sus métodos, técnicas, objetivos e ideología, hemos de concluir que la ESCUELA ACTIVA es, sobre todas las cosas, una actitud ante la vida.

Postulamos que la educación no es -nunca debería de ser- aquella que cumple con informarnos sobre las cosas, sino la que nos acerca y nos pone en armonía con ellas investigándolas, conociéndolas, distinguiéndolas, discriminándolas. Para que esa necesaria armonía se manifieste, es necesario acercar al educando a la naturaleza de todas las cosas y las ideas, lo cual se consigue propiciando la investigación, el espíritu inquisitivo, la exposición y la crítica. Permitir que el niño conozca y se identifique con el mundo que lo circunda, estimulando el surgimiento y la manifestación de la vida que vive en él, es el principio y uno de los objetivos fundamentales de la educación activa. Puede afirmarse, consecuentemente, que la ESCUELA ACTIVA educa para la vida por medio de la vida.

Las implicaciones sociales y familiares que ello supone suelen ser trascendentales. El hecho simple de aprender para vivir y para elegir una vida, en lugar de aprender para convertir la mente en una gaveta inerte de datos memorísticos, casi siempre inútiles e innecesarios, es lo que constituye la diferencia entre esta escuela y las escuelas tradicionales-convencionales. Y, por cuanto esto implica el advenimiento de toda una conducta ante la vida, en vez de la preservación de un mero sistema deshumanizado y dogmático -a menudo en franca contraposición con lo establecido en el medio familiar- es preciso adquirir conciencia de que este advenimiento implica una valiente y honesta reconsideración de muchos de los presuntos valores, costumbres y tradiciones sociales y familiares que son comunes.

Pueden mencionarse, entre otros, el respeto a la personalidad del niño, el derecho a su determinación, el reconocimiento a su derecho a la libertad racional y constructiva y, muy especialmente, la conciencia inequívoca de que el niño no es ni debería ser jamás un adulto minimizado, sino una criatura profundamente sensible, infinitamente matizada e incomparablemente abierta a la creatividad, a la investigación, a la curiosidad, a la movilidad, a la fantasía y también -¿por qué no?- a las formas naturales de rebeldía contra aquello que lo lesione, subestime o destruya su naturaleza.

COMPETENCIA CONTRA COMPETITIVIDAD

Conviene tenerlo claro: en la Escuela Activa no trabajamos para hacer niños competitivos, sino seres competentes. Estamos persuadidos de que formar niños que ven un rival a vencer en cada compañero puede llegar a hacer personas exitosas, aunque no necesariamente felices y realizadas. Aspiramos a que el niño se esfuerce, trabaje y se prepare para ser superior cada día ante sí mismo, no para rivalizar con sus compañeros convertidos de alguna manera en enemigos a vencer.

Difícilmente podemos no condenar la agresividad y la violencia que en tantas y tan variadas formas nos acosan. Junto con la condena a ello, deberemos tener en cuenta que la violencia y la agresividad son en buena medida el resultante de la educación dramáticamente competitiva, tan proliferada en la sociedad contemporánea. No estamos en contra de la excelencia, del ascenso del hombre hacia dimensiones superiores. La excelencia la contemplamos como el objetivo del ser humano que ha integrado todas sus facultades y aptitudes, lo cual solo conseguirá si no subordina el ser al poseer, el vivir al existir. Pero sí condenamos la formación conductista fundada en la competitividad, el elitismo, el racismo, los dogmas y fanatismos y tantas formas de pseudovalores que aplastan la sensibilidad y la inteligencia del niño. Y dejan sólo al descubierto las formas más primarias de su persona.

Con base en ello, la Escuela Activa aspira a coadyuvar a la formación de seres pensantes, críticos, éticos, honestos y solidarios que se identifiquen con las causas superiores de la conciencia y el espíritu. Decimos que coadyuvamos, esto es, ayudamos y nos solidarizamos, con los padres que procuren para sus hijos esta forma de educación. Pues en ningún momento debemos perder de vista que, en principio y finalmente, son los padres y es a ellos a quienes compete la educación de sus hijos.

De allí que le adjudiquemos tanta importancia a que exista una clara y total identificación entre los fundamentos educativos de la escuela y los del hogar. Esta identificación principia con el respeto a las normas. Si las que rigen el hogar y la escuela son afines el niño no sentirá el derecho de violarlas. Más bien él mismo procurará que sean respetadas pues esto le representa seguridad.

Como hemos podido observar al leer detenidamente estos postulados, la escuela activa se erige como la educación que hay que fomentar para que se lleve a cabo en nuestras ciudades y, lo mas importante, para nuestros hijos o familiares en proceso de formación, para así, hacer verdaderos seres humanos, sensibles, inteligentes (que no memorizadores de 10) solidarios y fraternales, con valores éticos que hagan de ellos magníficas personas ante la sociedad y no sólo unos tradicionalistas que van a misa a escuchar a un loco hablar de pseudomoralidad por una hora.

Como ven, no sólo de quejas vive el hombre, también de soluciones que generen verdaderos cambios en la mentalidad de quienes más importan, que son, han sido y seguirán siendo: los alumnos de todos los niveles educativos.

“La libertad de expresión y de educación nunca estará peleada en una sociedad verdaderamente educada para la vida, y no sólo para vivir…o sobrevivir”.

La respuesta a la pregunta inicial depende en todo caso de la forma de pensar de cada quien, puesto que cada persona es diferente, tiene diferentes necesidades y diferente forma de ver la ética y valores dignos de una sociedad compleja como lo es la del siglo XXI.

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Bueno racita, espero y les haya gustado este pequeño ensayo que hice (se los adjunté completo, las 14 hojas que hice, para que no digan ;-)) esperando que quien lo lea, reflexione un poco sobre el tipo de educación que tenemos en nuestro sistema educativo.

Que se la pasen chido, nos videamos luego.

¡Ateo!

y que nos aventajan enormemente